LA PSICOLOGÍA DEPORTIVA (I PARTE)
El aumento de la importancia del deporte en los últimos años es más que evidente. En una macroencuesta realizada en 2015, alrededor del 50% de los españoles afirmaron practicar algún tipo de deporte regularmente. Asimismo, a consecuencia del confinamiento, muchos españoles comenzaron a realizar algún tipo de práctica deportiva, y cerca de un 80% de ellos reconoce que continúa realizándolo meses después.
Este crecimiento es debido no solo a su carácter social e impulsor de nuestra salud, sino que además es constantemente reforzado en medios de comunicación, por su potencial como entretenimiento y para generar dinero; y en redes sociales, dentro de nuestra sociedad esclava de la imagen, el esnobismo y el postureo. Así, ciertas especialidades, no son solo cada vez más apreciadas y requeridas, sino que también sus conocimientos y herramientas se han introducido como algo esencial dentro de la mentalidad de la población.
Este crecimiento a todos los niveles ha llevado a un mayor estudio de todas las disciplinas que acompañan a la actividad física, por lo que cada vez los deportistas incorporan más factores que les hacen aumentar su rendimiento, y por lo tanto las exigencias necesarias para alcanzar ciertos niveles. Pero, para hablar de la mejora del rendimiento nos tenemos que preguntar ¿qué características definen a un deportista completo de rendimiento?ç
Es necesaria una buena disposición técnica y táctica, de la que se encargará el entrenador y el resto de preparadores y ayudantes. Una buena condición física es indispensable, y será tarea del preparador físico, nutricionistas, médicos, fisioterapeutas y de los auto-cuidados del propio deportista. Y tan importante como las anteriores son unas buenas capacidades psicológicas, donde interviene la figura del PSICÓLOGO DEPORTIVO.
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